SIMÓN BOLÍVAR EL HOMBRE. En español

Para ver una versión condensada en inglés, clic aquí

En lo que hoy es el continente americano vivían muchos pueblos indígenas. Cristóbal Colón llegó a América en 1492. Con él vinieron muchos españoles que tuvieron hijos en esta tierra. Estos nacidos en América, pero descendientes de españoles se llamaron criollos. Los hijos de un español y un indígena, se llamaron mestizos. Los españoles trajeron negros de África, como esclavos. Todos se mezclaron y dieron origen a nuestra sociedad. Tanto los españoles como los criollos maltrataban y esclavizaban a los indígenas. Los criollos estaban subordinados a los españoles y tenían que pagar muchos impuestos. Cansados de esto, los criollos comenzaron el movimiento de independencia. Uno de ellos fue Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco venezolano que nació el 24 de julio de 1783 en caracas Venezuela; era descendiente de españoles ricos. Su papá fue el coronel Juan Vicente Bolívar quien murió de tuberculosis en 1786 cuando Simón tenía solo 2 años de edad y su mamá la señora Concepción Palacios quien también murió de tuberculosis en 1792, cuando el niño tenía 9 años. Ya huérfano él y sus tres hermanos mayores (María Antonia, Juana y Juan Vicente -hubo otra niña que nació después de haber muerto su padre, María del Carmen, pero murió al nacer-) quedaron bajo la tutela de su abuelo materno, don Feliciano Palacios y luego de unos tíos. En su niñez, quien siempre estuvo al frente de su crianza fue su nodriza Hipólita Bolívar que era una esclava en una hacienda de propiedad de la familia.

Bolívar tuvo varios maestros, de todos, el que más influyó en su vida fue el maestro don Simón Rodríguez quien regentaba la escuela de primeras letras en Caracas.

Simón ingresó en el Batallón de Milicias de blancos de los Valles de Aragua, Venezuela, donde se graduó de subteniente y cuando tenía 16 años, en 1799, lo enviaron a estudiar a Madrid, España, donde sus tíos Esteban y Pedro Palacios. Allí conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, una chica de 19 años, un poco mayor que él que aún no tenía 17, con quien se casó dos años después en 1802. María Teresa nació en Madrid y era hija de padre venezolano y madre española. El matrimonio viajó a Venezuela y estando en Caracas ella murió en 1803 de fiebre amarilla. Ese mismo año Bolívar viajó a París donde se reencontró con su maestro Simón Rodríguez. Viajó luego a Italia en compañía de su maestro y del primo hermano de su exesposa, Fernando Rodríguez del Toro y el 15 de agosto de 1805, en el Monte Sacro de Roma hizo el juramento de libertar su patria. Regresó a Venezuela en 1806 y se dedicó a administrar los negocios familiares, mientras se empapaba de la situación social y política de estas tierras. En 1808 se unió a la revolución independentista dirigida por Francisco de Miranda. Tuvo muchos problemas, pero a lo último pudo dirigir un ejército y el 7 de agosto de 1819 en la Batalla de Boyacá obtuvo la independencia de los territorios (Virreinato de la Nueva Granada, Capitanía General de Venezuela, Real Audiencia de Quito y Gobierno de Guayaquil) que luego constituyeron la Gran Colombia, oficialmente República de Colombia (fundada por el congreso de Angostura el 17 de diciembre de 1819; con tres departamentos: Venezuela, Cundinamarca y Quito, lo que hoy en día son: Venezuela Colombia Panamá y Ecuador), entonces fue nombrado presidente, cargo que ocupó con alguna intermitencia desde 1819 hasta 1830.

Estando en la presidencia, en algunas oportunidades con intervención directa y otras veces apoyado por sus subalternos obtuvo la independencia de Perú y posteriormente de Bolivia determinando el fin de la presencia española en toda Sudamérica. En una de sus campañas, en Quito, conoció a Manuelita Sáenz quien se hizo su compañera.

El 25 de septiembre de 1822 estando en Bogotá, sufrió un atentado del que pudo escapar con vida, pero que dejó consecuencias en su salud. En marzo de 1830 entregó el Poder a Domingo Caicedo, como presidente del Consejo de Gobierno y en abril renunció a la Presidencia de la República; luego salió para Cartagena. El primero de diciembre, ya muy enfermo, llegó a Santa Marta y se hospedó en la casa del español don Joaquín de Mier, en la quinta que este tenía en la hacienda llamada “San Pedro Alejandrino”. Lo atendió el médico Alejandro Próspero Reverend quien no pudo hacer nada para ayudarlo. Enfermo y después de haber perdido toda su fortuna, el 10 de diciembre recibió los Santos Sacramentos y dictó su última proclama que concluye así: “¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la Patria. Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”. Murió allí, en Santa Marta, también de tuberculosis, como sus padres, el 17 de diciembre de 1830 a los 47 años de edad. Bolívar libertó cinco naciones: Colombia, Venezuela, Perú, Panamá y Ecuador y junto con Antonio José de Sucre, libertó a Bolivia. Tenía la intención de unificar a toda América del Sur, pero esto no fue posible. Un año después de su muerte la Gran Colombia se disolvió.

Al nacer “el libertador” no pudo ser alimentado por su madre debido a los quebrantos de salud que padecía, así que, en sus primeros días, fue alimentado por la señora Inés Mancebo De Miyares quien acababa de tener a su primera hija, Úrsula, y pudo entonces, también, alimentar al niño. Doña Inés era una cubana que vivía cerca a la casa de los Bolívar, esposa del realista Fernando Miyares quien se encontraba en Venezuela al servicio del reino de España. Luego de unos días, cuando la negra Hipólita tuvo su hijo, pasó el niño Simón a ser alimentado por ella.  Bolívar quiso mucho a Hipólita, como se demuestra en varias cartas que se conservan, donde la menciona con cariño y hace peticiones a sus allegados o da instrucciones para que la protejan. El hijo de esta, Dionisio llegó a ser sargento de las fuerzas libertadoras. En 1822 Bolívar les concedió la libertad a todos sus esclavos entre ellos, claro está a Hipólita y dio órdenes para que a ella no le faltara nada y pudiera vivir dignamente el resto de sus días, que se prolongaron hasta 1835.

En 1813, el Gobernador de Barinas Manuel Antonio Pulido, expropió, al igual que a otros españoles, la hacienda de la familia Miyares. Enterado de esto Bolívar, se dirigió al gobernador y en una carta le dijo: «Cuanto haga a favor de esta señora, corresponde a la gratitud que un corazón como el mío sabe guardar, a la que me amamantó como madre. Fue ella la que en mis primeros meses me arrullo en su seno. ¡Que más recomendación que esta para el que sabe amar y agradecer como yo!». Se entiende que esta recomendación era una orden expresada en el más puro estilo político. Murió doña Inés en 1832.

La participación en el movimiento independentista de don Simón Rodríguez descubierta en julio de 1797, parece haber sido la causa de su huida de Venezuela hacia Jamaica. Allí, a la vez que enseñaba castellano, aprendía inglés. Había nacido en Caracas en 1769, lo que indica que para entonces tenía 27 años. Luego, fue a Estados Unidos y de allí a Francia. Estuvo también en Alemania, Italia, Rusia, Prusia, Polonia e Inglaterra. En Francia se reencontró con Bolívar a quien más tarde acompañó a Italia para estar presentes en la coronación de Napoleón. Él, Simón Rodríguez y Fernando Rodríguez del Toro acompañaron a Bolívar al Monte Sacro donde este juró libertar a América. Sabía varios idiomas, tuvo diversos trabajos, fundar y organizar instituciones de carácter educativo, dar clases, trabajar en una imprenta y tener una pequeña fábrica de velas para poder subsistir, hasta ser sacristán y jardinero, pero fundamentalmente trabajó en educación, inclusive tuvo una escuela de primeras letras en Rusia y prácticamente en toda parte donde estuvo.  En 1823 regresó a América, a Bogotá y después atendiendo a un llamado que le hizo el libertador se encontró con él en Perú. Juntos recorrieron esas tierras del sur. En todas partes organizó o fundó centros de estudios y colegios y con sus escritos difundía sus ideales. Luego fue nombrado por Bolívar como «Director de la Educación Pública, Ciencias, Artes Físicas y Matemáticas» y «Director de Minas, Agricultura y Vías Públicas» de Bolivia, pero su relación con el Mariscal Antonio José de Sucre no fue buena por lo que dimitió ese mismo año. El resto de su vida la pasó viajando a Perú, Chile y Ecuador, países en los que trabajó como educador y escritor. Publicó varias obras y fue un hombre de un pensamiento universal que nunca se ha valorado adecuadamente. Nació en Caracas en 1769 y se dice que era hijo natural del sacerdote Alejandro Carreño, con quien vivió toda su infancia y quien le dio su apellido, del que él luego prescindió y solo conservó el de su madre, Rosalía Rodríguez. Tuvo un hermano, José Cayetano Carreño, que llegó a ser reconocido como el mejor músico de Venezuela. Se casó en 1793 con María de los Santos Ronco de quien se sabe muy poco, porque no fue su única mujer, tuvo varias mujeres y varios hijos en los distintos sitios donde vivió. Su esposa siempre permaneció en Caracas. En 1853 viajó por última vez a Perú. Sus últimos días los pasó en el caserío de Amotape (Perú) como sacristán y jardinero, irónicamente en la casa del párroco, él que había sido tan anticlerical. Murió el 28 de febrero de 1854 a los 84 años de edad.